viernes, 9 de mayo de 2014

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EL REY Y EL GOLFO
 
 El rey Juan Carlos ha visitado recientemente Omán y Barheim, dentro de un programa que incluye viajes a los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo (Arabia Saudí, Emiratos Arabes Unidos, Kuwait, Qatar, Omán y Barheim), A mediados de abril visitó los Emiratos Árabes Unidos y Kuwait; y próximamente lo hará a Arabia Saudí y Qatar.
 Al rey le acompañaron tres ministros, varios secretarios de Estado y una quincena de fuertes empresarios (Abengoa, Acciona, ACS, Airbus, FCC, Ferrovial Agroman, Gas Natural Fenosa, Indra, Eneco, Isolux Corsan, Navantia, Sacyr, Talgo y Técnicas Reunidas…).
 
 ¿A quiénes visitamos, y para qué?
 
 Según Exteriores, se busca reforzar las relaciones bilaterales en países muy atractivos por el "dinamismo de sus economías". Es decir, se trata de atraer inversiones y facilitar contratos para empresas españolas en esos países, específicamente para construir líneas ferroviarias y eléctricas, puentes, hospitales, líneas de metro, puertos y aeropuertos; para obras de desalinización y tratamiento de residuos, fortalecimiento de redes de transporte público; para promover desarrollos turísticos, inversiones en petróleo y gas, y venta de armamento y vehículos para las fuerzas armadas (aviones, carros de combate, buques…). Son muchos miles de millones de euros los que entran en juego… (Por cierto, los Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudí son el segundo y tercer clientes de la industria militar española).
 Los discursos del Rey (elaborados por el gobierno) han reiterado el mensaje de que España ha salido de la recesión y ha recuperado la competitividad, con lo que esperan generar confianza entre los magnates de los petrodólares.  “El monarca, ha dicho el jefe de la Casa Real,  no firma contratos, pero crea clima, y eso, aquí, ha funcionado extraordinariamente bien…”.
 
 ¿Con quiénes hacemos negocios?
 
 El sultanato de Omán tiene unos 300.000 kilómetros cuadrados y cerca de cuatro millones de habitantes. Es una monarquía absoluta y hereditaria. El actual sultán Qaboos bin Said, lleva gobernando desde que en 1970 derrocó a su padre; ejerce las funciones de jefe de Estado y de Gobierno, ministro de Exteriores, Defensa y jefe de las Fuerzas Armadas.
 Son práctica habitual la explotación sexual y el trabajo doméstico forzado. La discriminación hacia la mujer se manifiesta en su condición jurídica, el empleo, la subordinación a la tutela masculina, el matrimonio infantil…, pese a que, se asegura, durante los 44 años que Qaboos lleva en el poder, el país se ha modernizado…
 Al estallar en 2011 la “primavera árabe”, también en Omán se produjeron protestas, que fueron reprimidas. Pero el gobierno  respondió también con un aumento de salarios y de contratación pública. Qaboos decidió entonces que debía de invertir en infraestructuras… y es ahí donde tienen puestos los ojos las empresas españolas…
 De los demás países podríamos decir tres cuartos de lo mismo… Los partidos políticos no están permitidos, ni las organizaciones sindicales, ni el periodismo independiente, ni la libertad de cátedra…
 Bahrein, por ejemplo, fue uno de los países donde la primavera árabe fue más reprimida, con soldados de Arabia Saudí y los Emiratos Árabes Unidos; son habituales la tortura a disidentes, los encarcelamientos arbitrarios y los asesinatos….
 Las autoridades de Arabia Saudí, cuya monarquía tiene relaciones tan estrechas con la española, ya permiten votar a las mujeres, pero éstas todavía no pueden estudiar o trabajar sin el permiso de sus maridos, padres o hermanos; ni pueden operarse de urgencia sin la aprobación de un hombre; ni conducir...
 Catar parece el espejo donde se mira la esclavitud del siglo XXI. Cerca de un millón de trabajadores extranjeros (sobre todo indios y nepalíes) construyen las instalaciones para la Copa del Mundo de fútbol de 2022.  Muchos trabajan 70 horas a la semana, y cuando se acaba la obra, los empresarios los despiden sin el salario; con frecuencia se dedican a mendigar, porque protestar puede ser peor… Ya han muerto unos 900, y otros 4.000 podrían morir antes de que comience a rodar el balón.
 
 La Diplomacia y el Estado
 
 La diplomacia internacional indica que, al entablar relaciones comerciales, es poco aconsejable entrometerse en el sistema político del otro país. En el Golfo Pérsico carecen de democracia, pero están sobrados de petróleo, gas y dólares. Todo vale en la voraz carrera por lograr contratos… Las denuncias por torturas, violaciones a los derechos humanos, o la discriminación a la mujer, quedan aparcadas. La ética, al parecer, está reñida con los negocios; también lo están palabras como “justicia” o “derecho”.
 ¿Cómo y para qué está diseñada la política exterior de España? ¿Sólo nos interesa que las grandes empresas españolas ganen más dinero? ¿No nos interesa que la gente de nuestros países amigos viva mejor, tenga más libertades y mayor equidad?
 ¿No es un poco vergonzoso ver al jefe del Estado convertido en un lacayo de los grandes empresarios? ¿Por qué al Rey sólo le acompañan empresarios, y no representantes de organizaciones feministas, de derechos humanos, sindicales, ONGs, etc.? ¿O es que realmente el papel del Estado es promover los intereses de los más poderosos?
 El viaje, por cierto, ha tenido un perfil discreto en los medios. ¿Será que, a unos y a otros, les da vergüenza?

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