sábado, 8 de junio de 2013

Castilla, tierra de hombres libres (Clauio Sánchez Albornoz)


CASTILLA, tierra de hombres libres


 

Castilla, islote de hombres libres en la Europa feudal; lo he dicho y lo he escrito muchas veces.  Lo había sido la primitiva Castilla anterior a Fernán González; siguió siéndolo la Castilla independiente.  Cántabros, várdulos, vascones y godos se establecieron en pequeñas comunidades rurales libres; las más, propietarias de los términos por ellas ocupados; otras, poseedoras enfiteutas de las tierras que labraban.

 

Del siglo IX al XI Castilla fue en verdad el único rincón del occidente europeo donde la mayoría de la población estuvo integrada por pequeños propietarios libres.  Los diplomas nos demuestran la existencia de una considerable cantidad de pequeñas aldeas que poseían sus términos en plena propiedad y que incluso los labraban en régimen semicolectivo de trabajo.  Esas aldeas disputaban o contrataban de igual a igual con obispos, monasterios o magnates.

 

Tan numerosa debió de ser aquella masa de aldeanos libres, que en el siglo XIV, quinientos años después de¡ nacimiento de Castilla, en el a modo de censo que mandó hacer Pedro el Cruel y que conocemos con el nombre de Becerro de las Behetrías, aún había en las merindades castellanas, sin contar Rioja ni Bureba, de 1.359 aldeas, 659 habitadas por hombres de behetría, con el raro derecho en la Europa de entonces de elegir patrono y de cambiar de señor.  Cuando tras cinco siglos de acción de la ventosa señorial, todavía quedaban, cinco siglos después del conde Rodrigo, ese número de aldeas salvadas del naufragio de sus libertades campesinas, podemos afirmar sin temor a equivocarnos que los castellanos de la época condal eran libres y propietarios en su mayoría.

 

Claudio Sánchez Albornoz

 

Castilla nº 7 enero-febrero 1980

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