lunes, 11 de abril de 2011

La opción de educar en casa



"Mujeres de Ávila". Acuarela de Bastinos y García sobre
dibujo de V.D Becquer,litografía de Percy, reproducida por Auguste Racine,
 1878-1888
 
                                               
LA OPCION DE EDUCAR EN CASA

          En España hace tiempo que desapareció el servicio militar obligatorio, la “mili”, perdiendo así el Estado un control absoluto sobre la voluntad y el adoctrinamiento de los varones de 18 a 21 años. A las féminas ya se encargaban otras Instituciones de “domesticarlas”.  Pese a eso, ese mismo Estado no se resigno a perder el control sobre la juventud y la infancia y el control absoluto sobre su educación doctrinaria, así que opto por ampliar el arco de edad para realizar esa gestión de crear adeptos al sistema, desprovistos de toda capacidad de sentido critico y pensamiento propio, sí pues crea la escolarización obligatoria en centros oficiales, bajo penas muy severas para los padres o tutores que no lo acaten incluida la retirada de la tutela de los menores.  Lo mas grave de todo este asunto es que en el mismo, la educación y la cultura no pintan nada.

          El sistema educativo ha degenerado tanto que ya se le puede denominar sirena deseducativo. La degradación ha sido tal, que el abandono y el fracaso escolar en España son de los más altos de Europa, y las nuevas generaciones tienen un nivel cultural por debajo del de sus padres.  Obviamente esto es lo que pretende este sistema, incluyendo unas asignaturas que ni educan ni enseñan, sino que adoctrinan conforme al pensamiento unificado que el Estado pretende para sus ciudadanos.  Todos sabemos lo que se hace en los colegios. A los niños no se les enseña a leer hasta los 7 años, el nivel cultural es tan básico que muchos niños piensan que la leche sale del tetra brick y preguntan como son los árboles de las patatas (lo curioso es que algunos profesores también).  Teniendo este tipo de ciudadanos es fácil comprender porque tenemos estos gobiernos. Circulo cerrado.

          Pues bien, las personas de bien, los ciudadanos de a pie tenemos mucho que decir, y sin romper las normas establecidas podemos hacer mucho contra el Sistema.  Si todos exigimos el derecho a educar a nuestros hijos en casa (en este sentido en el ámbito rural es mas fácil, argumentando la escasez de medios existentes) podremos paliar ese adoctrinamiento al que se les somete. Como digo, sin salirnos del sistema basado en exámenes periódicos y asignaturas a aprobar podremos educar a nuestros hijos además de en esas materias, en los valores reales de las personas y en una amplia cultura que les facilitaría el entorno con familiares, amigos y vecinos, mucho mas amplio que el encorsetado de la escuela oficial.

          Obviamente, la argumentación de la escuela oficial pasa por la socialización del niño como parte fundamental para su educación, y llegados a este punto todos sabemos como es esa socialización, el niño aprende a pegar cuando se le pega, a resignarse si los mayores le quitan la merienda, a callar cuando sufre vejaciones para no sentir vergüenza ante los demás, a no contar nada en casa de lo que pasa en la escuela porque eso es de “chivatos”, etc.  Bien, pues para los detractores de la posibilidad de educar en casa podriamos poner como ejemplo la UNED, donde los alumnos aparecen solo para realizar los exámenes, y sin embargo obtienen un titulo tan valido como el de cualquiera otra Universidad oficial, y sin asistir a las clases.

 
          Ya existen opciones que posibilitan esto, como por ejemplo el de los deportistas de élite, los artistas, etc., que al estar fuera del domicilio e incluso del País no acuden a la escuela pero aún así están dentro del sistema educativo oficial. Ya sabemos que es un caso especial, pero también lo es el de residir en pueblos o municipios que no tienen transporte público o un acceso muy difícil a los centros educativos y sin embargo no se les da la oportunidad de actuar de la misma forma.

          La reclamación legal de tener acceso a realizar esta opción, debería de estar contemplada en el sistema educativo, pero si el Estado accede a esto, perderá la posibilidad de controlar al individuo y corre el peligro de hacer tambalear el sistema de poder y dominio sobre el ciudadano. Aún así, mientras se siga con esta batalla, debemos de educar a nuestros hijos basándonos en la tradición cultural, el los valores que cada familia tenga y por supuesto en el aprendizaje de las materias tradicionales en las que se basa nuestra cultura, para poder formar verdaderos ciudadanos y verdaderos profesionales.

Alejandro Antonio Olivar López

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