martes, 30 de octubre de 2018

Lecciones de buenismo, ni una

TRIBUNA
Sigfrid Soria: 


Lecciones de buenismo, ni una

Opinión
Sigfrid Soria

lunes, 29 de octubre de 2018

«La trampa de la diversidad» (por Juan Manuel de Prada)


«La trampa de la diversidad» 

por Juan Manuel de Prada


«La trampa de la diversidad» por Juan Manuel de Prada para la revista XLSEMANAL, artículo publicado el 21/X/2018.
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Acabamos de leer La trampa de la diversidad (Ediciones Akal), un lúcido ensayo que ha provocado gran polémica en ámbitos intelectuales izquierdistas. Su autor, Daniel Bernabé, sostiene que las llamadas ‘políticas de la diversidad’, que con tanto ardor defiende la izquierda, constituyen en realidad una artimaña del neoliberalismo para «fragmentar la identidad de la clase trabajadora». Es la misma tesis que hemos sostenido en infinidad de artículos desde hace años, citando a pensadores tan ilustres como Pasolini o Hobsbawn (a los que, misteriosamente, Bernabé no cita).

Como Bernabé señala en algún pasaje de su libro, «si todos somos una suma inacabable de especificidades, entonces no puede haber un nosotros». El posmodernismo habría sido, a juicio de Bernabé, el clima cultural que ha favorecido esta lacra: «Sin horizonte al que dirigirnos ni pasado del que aprender, sin posibilidad de afirmar lo cierto o lo falso, sin espacio para los conceptos válidos universales», el neocapitalismo habría podido realizar más fácilmente una serie de transformaciones económicas –desindustrialización, deslocalización, externalización, etcétera– que favorecieron la atomización laboral. Ciertamente, es mucho más sencillo desarrollar una conciencia de explotación laboral en el obrero que trabaja en una fábrica junto con otros cinco mil obreros que en el falso autónomo que reparte pizzas a domicilio en bici, requerido por una aplicación para teléfonos móviles. Y, a la vez, es mucho más sencillo encauzar la insatisfacción de este falso autónomo hacia reivindicaciones que lo hagan sentirse ‘distinto’, permitiéndole huir de su grimoso horizonte laboral. Con inteligencia ladina, a este falso autónomo se le puede infundir una ‘identidad aspiracional’ que lo haga sentirse orgulloso de ser homosexual, animalista y (risum teneatis) de clase media, en contraposición al trabajador de la fábrica, al que se caracterizará como heteropatriarcal, taurino y de clase baja. Esta capacidad del neocapitalismo para instilar ‘identidades aspiracionales’ entre los trabajadores más explotados, evitando que se organicen, supo aprovecharla, por ejemplo, Margaret Thatcher, que –como nos recuerda Bernabé– no tuvo empacho en mostrarse favorable a la despenalización de la homosexualidad o el aborto, a cambio de desactivar la acción colectiva de los trabajadores y de reducir a fosfatina conquistas laborales logradas en décadas anteriores.

Con la ayuda lacayuna de una izquierda traidora, el neocapitalismo ha logrado convertir a la clase trabajadora en un archipiélago de ‘consumidores de singularidades’ entre las que ocupan un lugar preponderante las ‘opciones sexuales’ y las ‘identidades de género’. Por supuesto, Bernabé no defiende que tales grupos no deban disfrutar de derechos civiles; pero advierte que la exaltación de la diferencia es la mejor coartada para los gobiernos rehenes de la plutocracia, que así pueden posar de progresistas ante la galería. Y no se le escapa tampoco a Bernabé que este mercado de la diversidad, como siempre ocurre entre los productos que compiten, provoca fricciones y contradicciones cada vez más ásperas entre las distintas identidades: así ha ocurrido recientemente, por ejemplo, con los llamados ‘vientres de alquiler’, que han enfrentado a feministas y homosexuales. Y, entretanto, nadie clama contra los recortes salariales.

Especialmente sagaz se muestra Daniel Bernabé cuando denuncia que esta traición de la izquierda ha dado alas a las nuevas derechas, más o menos extremistas o alternativas, que se benefician de la fragmentación ocasionada por las políticas de la diversidad, apelando a los perdedores de la globalización, a la vez que pueden azuzar los miedos de cada grupo nacido de esta fragmentación, adaptando su mensaje a sus particularidades. El encono con que algunos capitostes izquierdistas han descalificado La trampa de la diversidad nos prueba que su autor ha acertado a meter el dedo en la llaga, aunque sólo sea someramente. Así, por ejemplo, Bernabé no se atreve a recordar que estas ‘políticas de la diversidad’ son opíparamente subvencionadas por organismos públicos y privados; y que el ardor con que son defendidas desde la izquierda traidora es directamente proporcional a la cantidad de dinero que tales organismos invierten en ellas. Tampoco se atreve Bernabé a penetrar en la razón última por la que el capitalismo fomenta estas políticas de la diversidad, utilizando a la izquierda como su perro caniche. Pero para atreverse a dilucidar esa razón última hay que aceptar primero –como nos enseñaban lo mismo Proudhon que Donoso Cortés– que detrás de toda cuestión política subyace un problema teológico.

https://www.xlsemanal.com/firmas/201...uel-prada.html

domingo, 28 de octubre de 2018

Maximalismo asimétrico (Alejo Vidal Cuadras)

PROHIBIDO PISAR LAS FLORES
Alejo Vidal-Quadras: 



MAXIMALISMO ASIMÉTRICO 

Opinión
Alejo Vidal-Quadras

jueves, 25 de octubre de 2018

Emigración: la pobreza no es un mérito ni otorga derechos (Eulogio López)


Emigración: la pobreza no es un mérito ni otorga derechos
El último asalto, otro más, a la valla de Melilla exige aclarar conceptos.
Eulogio López 22/10/18 14:36



El estado natural de las fronteras es estar abiertas, pero la pobreza no es un mérito ni otorga derechos


El estado natural de las fronteras es estar abiertas, pero la pobreza no es un mérito ni otorga derechos

Solo para aclarar conceptos sobre el confuso asunto de la emigración. No se puede funcionar a golpe de cada salto a las vallas de Ceuta y Melilla.
Y sí, Pedro Sánchez ha provocado un efecto llamada hacia las costas españolas

Por orden:
1.       La emigración es mala cosa. Emigra aquel que no puede vivir en su país de origen. No es un fenómeno positivo, es negativo.
2.       Pedro Sánchez ha provocado un efecto llamada. Negar esto, simplemente, es mentir.
3.       Marruecos quiere tomar Ceuta y Melilla. No ayuda a España frente a la inmigración ilegal. Todo lo contrario: los último, misiles humanos contra España. Ya tenemos otro muerto.
4.       España debe ayudar a los hispanos, no a los negros subsaharianos ni a los asiáticos, ahí somos más eficientes.
5.       La pobreza no es un mérito ni otorga derechos. Quien ha tenido la desgracia de caer en la miseria debe ser ayudado, lo que no puede exigir es ser ayudado. Ejemplo: la marcha de los hondureños no puede violar la soberanía nacional norteamericana.
Sí, el estado natural de las fronteras es estar abiertas, pero la pobreza no es un mérito ni otorga derechos.


miércoles, 24 de octubre de 2018

«Anticapitalismo chestertoniano» (Juan Manuel de Prada)


«Anticapitalismo chestertoniano»

 por Juan Manuel de Prada


«Anticapitalismo chestertoniano» por Juan Manuel de Prada para el periódico ABC, artículo publicado el 22/X/2018.
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Cuando comencé a leer a Chesterton, hace ya cinco lustros, advertí enseguida que existían dos escuelas de falso «chestertonismo» aparentemente contrarias: por un lado, los progres ingeniosillos trataban de presentarlo como un exquisito cultivador de las formas más juguetonas y paradójicas de la inteligencia; por otro lado, el catolicismo pompier trataba de eunuquizar a Chesterton de forma aún más irritante, ocultando las partes más escabrosas de su obra, hasta hacerlo comulgar con tesis liberales y neoconas.

Esta segunda forma de manipulación siempre trataba de ocultar el pensamiento económico de Chesterton; o en todo caso lo presentaba condescendientemente como una pintoresca y fantasiosa doctrina llamada «distributismo» que adolecía de mil insuficiencias técnicas. Pero lo cierto es que Chesterton nunca quiso elaborar una doctrina económica, sino devolver a sus lectores el sentido de la cordura cristiana, que exige repudiar el capitalismo porque «crea una atmósfera y forma una mentalidad»; es decir, porque contiene una agenda antropológica arrasadora.

Así, Chesterton escribirá en El manantial y la ciénaga: «Nunca se dirá lo suficiente que lo que ha destruido la familia en el mundo moderno ha sido el capitalismo. (…) Lo que ha destruido hogares, alentado divorcios y tratado las viejas virtudes domésticas cada vez con mayor desprecio ha sido la época y el poder del capitalismo. Es el capitalismo el que ha provocado una lucha moral y una competencia comercial entre los sexos; es el capitalismo el que ha destruido la influencia de los padres; es el capitalismo el que ha sacado a los hombres de sus casas a la busca de trabajo; es el capitalismo el que los ha forzado a vivir cerca de sus fábricas o de sus empresas en lugar de hacerlo cerca de sus familias; es el capitalismo, sobre todo, el que ha alentado por razones comerciales un desfile de publicidad y chillonas novedades que es la muerte de todo lo que nuestras madres y nuestros padres llamaban dignidad y modestia». En Los límites de la cordura, Chesterton denuncia el error trágico que están cometiendo muchos católicos, dejándose arrastrar por intoxicadores que les meten miedo con el comunismo, mientras el capitalismo impone «una civilización centralizada, impersonal y monótona» al menos igual de feroz, capaz de destruir las más numantinas resistencias humanas. Y completa su execración del capitalismo advirtiendo de su naturaleza intrínsecamente antinatalista, que conducirá a la Humanidad a consagrar «una religión erótica que, a la vez que exalta la lujuria, prohíbe la fertilidad». Pero el catolicismo pompier pretende absurdamente que esta religión erótica la ha proclamado el «marxismo cultural». ¡Ah, si Chesterton levantara la cabeza!

Chesterton, en fin, sabía bien que el comunismo es el «heredero del capitalismo», su corolario o consecuencia inevitable; sabía también que el capitalismo es el hijo predilecto y consecuente de la Reforma; y sabía, en fin, que el capitalismo no es sólo una fórmula económica nefasta -consistente en «forzar a la gente para que compre lo que no quiere comprar, y en fabricar tan torpemente como para que lo fabricado se pueda romper, manteniendo la bazofia en una rápida circulación»-, sino también una filosofía destructiva que «pretende que está enseñando a los hombres la esperanza porque no les permite un instante de reflexión inteligente para desesperarse».

Es verdad que la reflexión inteligente conduce, en un mundo tan gregario y sectario como el que ha configurado el capitalismo, a la soledad. Pero mejor solos que mal acompañados. Al menos, Chesterton siempre nos brindará su feliz compañía.



martes, 23 de octubre de 2018

Comité de Acción de España Siempre Primeros Firmantes del Documento

Comité de Acción de España Siempre

Primeros Firmantes del Documento

Joaquín Abellán
Catedrático de Ciencia Política

Gabriel Albiac
Catedrático de Filosofía

Enrique Baca
Catedrático de Psiquiatría

Tom Burns Marañón
Periodista

Israel Cabrera
Asesor de Estrategia Empresarial

Román Cendoya
Empresario

Francisco J. Contreras
Catedrático de Filosofía del Derecho

Luis Alberto de Cuenca
Académico Numerario de la Real A. de la Historia

Carlos Cuesta
Periodista

Alfredo Dagnino
Abogado. Profesor de Derecho Constitucional y Administrativo

Rafael Dávila
General de División ( R )

Carlos Entrena
Notario de Madrid

María Teresa Estevan Bolea
Ingeniera Industrial

Ángel Manuel Fernández Álvarez
Ingeniero Naval

José Luis Garci
Productor y Director de Cine

Conchita García Polledo
Filóloga

Ignacio Gómez de Liaño
Filósofo e Historiador

Leopoldo Gonzalo
Catedrático de Hacienda Pública y Derecho Fiscal

Amando de Miguel
Catedrático de Sociología.

Pedro Mielgo
Ingeniero Industrial

Rafael Morales-Arce
Catedrático de Economía Financiera

Almudena Negro
Periodista

Dalmacio Negro
Académico de la Real A. de Ciencias Morales y Políticas

Rafael Núñez Florencio
Historiador y Profesor de Filosofía

José Manuel Pardo de Santayana
Ingeniero Agrónomo

Luis del Pino
Periodista

Florentino Portero
Doctor en Historia

Adolfo Prego
Abogado. Ex Magistrado del Tribunal Supremo

María Jesús Prieto Laffargue
Ingeniero de Telecomunicación

José Ramón Recuero
Abogado del Estado

Ignacio Sánchez Cámara
Catedrático de Filosofía del Derecho

Fernando Sánchez Dragó
Escritor

Herman Tertsch
Periodista y Analista Político

Asis Timermans
Periodista y Analista Político

José María Treviño
Almirante de la Armada ( R )

Carla Toscano
Filóloga

Iván Vélez
Arquitecto

Alejo Vidal-Quadras
Catedrático de Física Atómica y Nuclear

Jorge Vilches
Profesor Titular de Historia del Pensamiento

Ignacio Camuñas Solís
Diplomático y Coordinador de la Plataforma España Siempre