"Protocolos de Sión”, la UNESCO y su plan de manipulación mundial de la educación
Señalamos que lo decisivo no es la tan cacareada "falsedad" de los "Protocolos de los Sabios de Sión", sino que, en todo caso, su autor, en 1895, tuvo que ser un auténtico profeta, a la vista de lo que nuestros ojos y oídos sienten y sufren a todas horas, tras más de un siglo de haberse escrito.
El presente artículo data de 1973 y el autor pretendía con él criticar cómo dichas consignas se habían infiltrado en la Ley de Educación, española, de 1970. Pero, obviamente, el dominio y apogeo de tales consignas satánicas sobrepasan con mucho en gravedad y tiempo aquella fecha, pues su permanencia y vigor son aterradores hoy más que nunca.
Revista FUERZA NUEVA, nº 342, 28-Jul-1973
EL DOMINIO INVISIBLE DE LA EDUCACIÓN Y LA ENSEÑANZA
Los “Protocolos de los sabios de Sión” concibieron, a finales del siglo XIX, el dominio invisible de la educación y enseñanza para montar sobre esa base el poder supremo del supergobierno mundial
“¿Quién puede destruir una fuerza invisible? Pues tal es la nuestra”, afirmaron los jefes supremos del sionismo internacional, reunidos en Basilea, en 1895. (“Protocolos de los sabios de Sión”, VII). Y, efectivamente, con esa fuerza invisible, en la clandestinidad y el sigilo, proyectaron desde entonces la planificación de la educación y cultura a escala mundial, como plataforma necesaria para la implantación del super-estado judío.
“Sabemos que los hombres viven y se dirigen por las ideas y que éstas son inculcadas por la educación” (“Protocolos, XVI), sabemos que “la educación y la instrucción son las piedras angulares en que debe descansar la existencia libre” (“Protocolos”, XVI). Por ello, el dominio político del mundo exige previamente el dominio docente del pensamiento humano. “Dirigiremos el pensamiento de toda la Humanidad” (“Protocolos”, XXIV). “Ordenaremos la educación de las sociedades cristianas” (“Protocolos”, V). “Haremos del instrumento del pensamiento y de las ideas un medio educativo en manos de nuestro Gobierno” (“Protocolos”, VII).
Causa cierto estremecimiento comprobar hoy, en 1973, al cabo de un siglo aproximadamente, el cumplimiento de aquellos vaticinios. Los “Protocolos de los sabios de Sión”, desde 1895, tenían creado el esquema de un Ministerio Internacional de Educación para aprisionar entre sus poderosos tentáculos la codiciada presa de la educación, cultura y enseñanza de la infancia y juventud del mundo entero.
Aquel Ministerio Internacional ha quedado plasmado en la UNESCO, bajo cuya inspiración se formulan los planes de enseñanza que rigen en numerosos países. Desde 1895, el sionismo tenía programadas con minuciosidad las bases de las orientaciones docentes que hoy se difunden a nivel internacional. “Esa dominación -dice Julio Meinvielle en “El judío en el misterio de la Historia”- se hace sentir en los Ministerios de Instrucción Pública, en los planes de enseñanza, en la formación de los maestros, en la mentalidad de los universitarios. El gran ideal del judaísmo es que el mundo entero esté incluido de la enseñanza judaica y que, en una fraternidad a nivel universal de las naciones -un judaísmo hecho más grande-, todas las razas y religiones separadas desaparezcan”.
Vamos, pues, a exponer las consignas educacionales sionistas (…):
CONSIGNAS EDUCACIONALES SIONISTAS
PRIMERA: LA CORRUPCIÓN DE LA JUVENTUD.
“Es cosa agradable impulsar al crimen por medio de unas cuantas frasecillas de sabor liberal” (“Protocolos”, XVIII). Uno de esos crímenes concebidos por el sionismo es la corrupción de la infancia y juventud a través de la educación y enseñanza. Se jactan de haberlo conseguido y lo consideran como uno de sus planes principales.
“Hemos corrompido, embrutecido y prostituido a la juventud cristiana por una educación cimentada en principios y teorías que sabemos son falsos y que, no obstante, han sido inspirados por nosotros” (“Protocolos”, IX).
“Promoveremos el desorden y la confusión, sobre todo en la educación e instrucción”. (“Protocolos”, IX).
SEGUNDA: MEDIOS PARA CORROMPER, EMBRUTECER Y PROSTITUIR A LA JUVENTUD POR LA EDUCACIÓN.
“Aplicaremos los principios masónicos libertad, igualdad y fraternidad, acomodando convenientemente su sentido en la reeducación de los pueblos” (“Protocolos”, IX).
“Inyectaremos en la educación, todos esos principios que tan brillantemente nos han servido para debilitar el orden social” (“Protocolos”, XIV).
“Adoptaremos y asimilaremos en provecho propio el pensamiento independiente que, desde tiempo atrás, venimos dirigiendo hacia las materias e ideas que nos son necesarias” (“Protocolos”, XVI).
“Crearemos una literatura obscena, lúbrica, abominable” (“Protocolos”, XIV).
El sionismo proyecta, pues, la corrupción intelectual de la juventud mediante la doctrina de los principios masónicos de la Revolución francesa, y la corrupción moral mediante la difusión de la literatura obscena y de la pornografía.
TERCERA: EL MATERIALISMO COMO CONTENIDO DE LAS ORIENTACIONES EDUCACIONALES SIONISTAS
“Es necesario que nosotros arruinemos la fe y arranquemos de los espíritus cristianos el principio mismo de la Divinidad” (“Protocolos”, IV).
“Hay que sustituir la civilización basada en la fe y en la Divinidad por la civilización del cálculo y de las necesidades materiales” (“Protocolos”, IV). Actualmente, nos encontramos envueltos dentro de la civilización de la economía, del bienestar y del consumo, trasvasada a una sociedad tecnocratizada, mecanizada y masificada.
“La nueva sociedad sentirá repugnancia por la religión y por la política noble” (“Protocolos”, IV).
“El culto de la nueva sociedad, su única guía será el cálculo, el oro, al que tributarán verdadera adoración por razón de los bienes materiales que reporta” (“Protocolos”, IV).
CUARTA: LA TECNOCRACIA, INSTRUMENTO SIONISTA DEL MATERIALISMO EN LA EDUCACIÓN Y ENSEÑANZA.
Con el espejismo de una nueva ciencia, “la ciencia del orden social” y “la significación secreta de las teorías económicas” (“Protocolos”, VII), los sabios de Sión trazan, en 1895, los primeros diseños de la sociedad tecnocratizada.
“Enseñaremos en las escuelas privadas la única ciencia verdadera, la ciencia del orden social, objeto del programa de las escuelas del porvenir” (“Protocolos”, III). Recuérdese que lo social es para el sionismo lo económico y que las teorías económicas tienen una significación secreta (“Protocolos”, VII).
“Los profesores darán conferencias de las llamadas libres, acerca de las relaciones de los hombres entre sí… sobre la filosofía de las nuevas teorías que el mundo todavía no conoce” (“Protocolos”, XVI). Hoy (1973) se dan esas conferencias sobre preparación a la tecnocracia, impregnadas de sentido materialista, en los cursos del COU (curso preuniversitario).
“Educaremos a la juventud en las nuevas creencias de transición” (“Protocolos”, XVII). Dentro del sentido ambiguo de la doctrina sionista, instrumentado como sistema, las nuevas teorías y creencias tienen un nombre, transición, es decir, evolucionismo, que es la ideología típica de la tecnocracia, hoy en pleno desarrollo, que fue prefabricada por el judaísmo internacional en 1895.
QUINTA: LA TECNOCRACIA SE PRESENTA COMO DOGMA INAPELABLE.
“Haremos de estas teorías un dogma y nos serviremos de ellas para atraer a los hombres a nuestra fe. Os expondré las bases de estas teorías” (“Protocolos”, XVI).
“Se le adorará bajo la idea de que el bienestar de cada uno de los súbditos depende del orden y de la economía social” (“Protocolos”, XVIII).
SEXTA: CARACTERÍSTICAS DE LA TECNOCRACIA.
Mecanización: “Nosotros arreglaremos mecánicamente todos los actos de la vida política de nuestros súbditos” (“Protocolos”, V).
Novedad: Es el arma de la sorpresa, del “suspense” y del entontecimiento colectivo que utiliza la tecnocracia y que los sabios de Sión tienen prevista en sus “Protocolos” hace cerca de un siglo. “Con dicho fin daremos leyes nuevas… por medio de unas teorías hábilmente combinadas en tales sutilezas de conceptos, en los que nadie pueda igualarnos” (“Protocolos”, V). “Crearemos otras Universidades con un espíritu nuevo” (“Protocolos”, XVI).
Terminología: Es el vehículo pretencioso, alambicado, hueco y estéril en el fondo, que sirve, por su novedad y aparatosidad, de hábil conducto para la difusión de las nuevas teorías: “Utilizaremos una fraseología nueva, envuelta en sutilezas de conceptos” (“Protocolos”, V).
Táctica de infiltración ideológica: “Importa más adueñarse de las ideas de otros y comentarlas (es decir, adulterarlas en provecho propio), mejor que suprimirlas” (“Protocolos”, V). Es preferible, por ejemplo, aceptar en una nación católica “la inspiración de la educación en el concepto cristiano de la vida”. Después vendrá el comentario, es decir, la adulteración de ese sentido cristiano, presentando a Dios no como meta del hombre, sino como medio de potenciación de los valores humanos.
SÉPTIMA: RESULTADOS PREVISTOS POR EL SIONISMO
La ideología evolucionista de la tecnocracia, introducida y operante dentro de la enseñanza, producirá a corta distancia la rebelión de la juventud y a larga distancia la descomposición de la sociedad y la corrupción del poder.
“Debilitaremos el espíritu público por la crítica” (“Protocolos”, V).
“Eliminaremos la costumbre de pensar” (“Protocolos”, V).
“Nuestros filósofos discutirán las deficiencias de las creencias cristianas, pero nadie jamás podrá discutir nuestra religión” (“Protocolos”, XIV).
“Sembraremos dentro de las iglesias cristianas la crítica y la disensión” (“Protocolos”, XVII).
***
Los “Protocolos de los Sabios de Sión” concibieron hace un siglo el dominio invisible de la educación y enseñanza para montar sobre esa base el poder supremo del súper-gobierno mundial. Hemos de reconocer, a un siglo de distancia (1973), que tienen muy adelantados sus planes. Nuestra educación, nuestra enseñanza, nuestra cultura -incluso la formación de nuestra juventud eclesiástica en seminarios y noviciados- se vienen vaciando poco a poco de espíritu y sentido cristiano, y en esa misma medida se vienen llenando y contagiando por ósmosis ideológica, de doctrinas y teorías de contenido judaizante, doctrinas y teorías que se presentan bajo el atractivo signo de la “novedad” y del “progreso” pero que, de hecho, están prefabricadas en moldes judíos desde fines del siglo XIX. (…)
Julián GIL DE SAGREDO
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