*Análisis del momento: de pronto, los partidos (PP y PSOE) que han alimentado los separatismos, rescatado a la ETA, controlado y manipulado  los medios, marginado cualquier oposición a los repartos de poder y dineros en que, según ellos,  consiste la democracia, se percatan del surgimiento de un gran impulso patriótico de repulsa. “¿Coño, cómo es posible, con todo lo que hemos hecho para desactivar ese peligroso sentimiento! ¡Hay que hacer algo, joder,  nuestros votos, nuestros cargos y nuestros dinero corren peligro!”.
¿Qué hacer? PP y C´s se fingen escandalizados de los manejos del PSOE y se dicen antigolpistas, cuando no solo han colaborado a preparar el golpe de estado permanente, sino que habrían seguido “dialogando” de no haber puesto VOX sobre la mesa la cuestión del estado de derecho  y empujado a los golpistas directos ante  los tribunales (los indirectos siguen ahí, mangoneando el país y haciendo “oposición”).
Así fingen un “hasta aquí hemos llegado” y convocan o se suman a una manifestación contra los manejos del Doctor Makarra, que no es alguien muy distinto de ellos mismos. Eso está bien en la medida en que muestra la descomposición del sistema del 78. Pero  es peligroso en cuanto que tales partidos intentan ponerse a la cabeza de la manifestación para conducirla nuevamente a la nada. Ya lo hicieron cuando las protestas por la colaboración delictiva del PSOE con la ETA, bajo Zapatero y a resultas del atentado del 11-m. Y la experiencia debe contar. VOX se presenta como algo nuevo, pero terminaría cayendo en una trampa si olvida o permite que se olvide el papel del PP en crear la actual situación; y que su política no solo ha colaborado con separatistas y etarras, sino que busca  también la disolución de España en la UE. Por un lado o por otro, complementariamente, quieren la liquidación de una identidad nacional forjada en siglos.
Por tanto, la unidad  en torno a las protestas del domingo solo puede ser momentánea y con un fondo ficticio: pero puede servir para aumentar la descomposición de esos partidos, que ahora tiemblan y no saben qué hacer, e impedirles ponerse “a la cabeza de la manifestación para llevarla a la nada, como han conseguido en varias ocasiones.
Por cierto, parece haber iniciativas para hacer que Vargas Llosa lea un manifiesto conjunto o cosa así. Dejando aparte sus méritos literarios, Vargas Llosa es el equivalente de aquel Borrell que el PP impuso cuando las protestas en Barcelona. Es tan antiespañol como el que más, pues su ideal, expuesto en un manifiesto “europeísta” reciente, consiste en la desintegración de la identidad española en una UE multiculturalista, abortista, LGTBI, etc. Lo mismo ocurre con C´s.  Esa perspectiva solo se opone superficialmente a la colaboración con  los separatistas, pues ambas han ido juntas a lo largo de muchos años. En realidad se combinan. El pensamiento implícito es: “¿Qué más da que España se fragmente, si al final todos vamos a ser felizmente fagocitados por la UE?”.  Terminando así la historia de España, tan penosa para esa chusma?