Un grupo de voluntarios provida a las puertas del negocio abortistas Dator de Madrid. /DAV
Un grupo de voluntarios provida a las puertas del negocio abortistas Dator de Madrid. /DAV
La patronal del negocio abortista ACAI ha publicado un pequeño… ¿Cómo lo llamaría? ¿“Resumen”?
 ¿”Folleto”? el que se queja de que haya personas cerca de sus centros ofreciendo ayuda e información 
a las mujeres que piensan abortar. Dicen que la Policía debería detenerlos y prohibirles que les
 acosen ofreciéndoles papeles, ayuda económica o laboral, ¡e incluso, información!
Una de las mujeres dice: “Había dos mujeres bloqueando el paso a la clínica, entregando papeles y 
ofreciéndome ir a tomar café” ¡Menudas acosadoras las dos señoras estas, es imperdonable, directas
 a comisaría! Está claro que el concepto de acoso es muy subjetivo, pero la imagen que se pretende 
vender de que en general los grupos provida que actúan frente a los abortorios son unos 
coaccionadores y unos acosadores no cuela, por mucho que pueda haber alguna excepción que, 
como dice el refrán, confirme la regla.
La Ambulancia Vida es un servicio gratuito de ecografías que opera a las puertas del abortorio Dator de Madrid y que no oculta ni el sonido ni la imagen a las madres. /DAV
La Ambulancia Vida es un servicio gratuito de ecografías que opera a las puertas del abortorio Dator de Madrid y que no oculta ni el
 sonido ni la imagen a las madres. /DAV
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“Pasillos antiderechos”. Así llaman a los pequeños grupos de voluntarios que desinteresada y 
altruistamente ofrecen su ayuda a muchas mujeres que, precisamente porque van en situación de
 gran vulnerabilidad, son carne de cañón para que las engañen, les oculten información sobre su estado 
y su ecografía, y les convenzan de que lo mejor que pueden hacer es abortar, pagar y salir por donde
 han entrado.
Ofrecer papeles y ayuda laboral y económica, ofrecer un rato de conversación, invitar a café, rezar, 
es un acoso intolerable que estos señores se atreven a comparar con los ataques violentos a las
 iglesias o a los de las cándidas FEMEN tan dialogantes, tan “proelección” ellas.
Este sí que es un acoso: el del engaño y el ocultamiento. El de mentir para que las mujeres traguen y paguen”
Una de las mujeres, por ejemplo dice esto:  “Me han parado y entregado papeles con fotos desagradables”. 
Probablemente esto sea lo que más molesta a los que se lucran con el negocio del aborto, que se le
 muestre y se le cuente a la mujer la verdad del aborto. Que le hagan la ecografía que en sus centros 
se le oculta, bajando el volumen del ecógrafo para que no oigan el corazón de su hijo y girándoles
 la pantalla para que no lo vean moverse. Este sí que es un acoso: el del engaño y el ocultamiento. 
El de mentir para que las mujeres traguen y paguen. Eso sí que debería ser perseguido y sancionado
 por unas administraciones que aquí sí que hacen la vista gorda.
El acoso de la mentira y la manipulación es el que debería ser perseguido, y sin embargo se lleva a
 cabo a diario en los negocios de estos señores que se atreven a publicar un panfleto tan poco 
riguroso que afirma que el número de mujeres ayudado por los provida es poco porque hay
pocas cancelaciones de citas, viva el rigor científico.
“Los ‘defensores de los derechos de la mujer’ piden sanción, mordaza, censura y mano dura contra los que ni viven del negocio del aborto ni ganan nada por conseguir que una mujer decida darle una oportunidad a su hijo y a ella misma”
Que pregunten por los centros asistenciales provida cuántas mujeres deciden no abortar después de 
recibir la información y la ayuda real de los que ellos llaman acosadores. Ellos no lo saben porque
las que entran en sus centros son las que han decidido seguir, pero esas, las que se dan la vuelta o no 
llegan ni a llamar porque han encontrado “acosadores” que las han ayudado no son dignas de estudio,
esas no pagan. Un estudio riguroso tendría que molestarse en buscarlas, en entrevistarlas, en 
mostrarlas y no en despreciarlas, como hace los que publican este papel.
Una vez más, los “defensores de los derechos de la mujer” piden sanción, mordaza, censura y mano
 dura contra los que ni viven del negocio del aborto ni ganan nada por conseguir que una mujer 
decida darle una oportunidad a su hijo y a ella misma. Mal que les pese, la verdad del aborto se 
va abriendo paso, y pretender que las mujeres y la gente en general no mire, no oiga, no sepa, 
es querer ponerle puertas al campo.
Yo invito a todo el mundo a que se pase un sábado por alguno de esos centros en los que los “violentos
 provida” ofrecen ayuda, papeles, información y café a las mujeres y que juzguen por ellos mismos, 
que ya se sabe que cuando está en juego el negocio y el dinero propio los estudios siempre tienden a
 estar de parte del que los encarga.