Polonia Castellanos, presidente de la Asociación Española de Abogados Cristianos.
Polonia Castellanos, presidente de la Asociación Española de Abogados Cristianos.
La Asociación Española Abogados Cristianos solicitará a la Fiscalía una investigación para esclarecer si hay vinculación de médicos del Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares con la organización Derecho a Morir Dignamente a raíz del caso de una paciente con una enfermedad neurodegenerativa cuya familia acudió a la Justicia para que se la siguiera tratando.
La pasada semana, esta asociación solicitó a un juez medidas cautelares para que los médicos practicaran a esta paciente una reanimación cuando lo requiriera, lo que fue estimado por el instructor.
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Ayer mismo, fuentes hospitalarias informaron a Europa Press que no recurrirían el auto, así como que la mujer había recibido el alta médica.
Desde el hospital se oponen a tratar este caso como un debate de eutanasia, mientras que la Comisión Central de Deontología de la Organización Médico Colegial (OMC) recuerda que no se pueden aplicar medidas «cuando pueden producir un perjuicio».
La presidente de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, ha celebrado que la paciente «haya podido abandonar el hospital y pueda seguir adelante con su vida junto a su familia», recalcando que «esto ha sido posible gracias a que no está aprobada la Ley de la eutanasia».
«Con esa Ley, los médicos podrían haberla dejado morir en contra de su voluntad y ni la familia ni nosotros podríamos haber hecho nada por evitarlo», ha recordado, indicando que «la vida de los enfermos y personas con discapacidad es igual de digna y merecen la misma protección, al amparo del artículo 43 de la Constitución Española».
«Encarnizamiento terapéutico»
Desde que se conoció el caso, el Hospital Príncipe de Asturias ha defendido que «en todo momento» se ha tratado a la paciente con las «mejores condiciones posibles».
Fuentes de este hospital matizaron que todas las medidas se han aplicado «de forma habitual» y que valoraron que la «aplicación de otras técnicas agresivas e invasivas» no beneficiarían a la paciente, ya que serían «encarnizamiento terapéutico» (un sufrimiento al paciente sin aporta beneficio).
Además, detallaron que la paciente se encontraba en «situación clínica muy compleja» a raíz de una enfermedad neurodegenerativa desde hace más de 20 años, por lo que entendieron que «si la paciente entra en parada, no deben aplicarse técnicas avanzadas de reanimación».