Santiago Abascal, presidente de Vox.
Santiago Abascal, presidente de Vox.
El pasado domingo, el presidente del Partido Popular, Pablo Casado, hizo unas declaraciones en relación
 al aborto que han sido comentadas hoy, a su vez, por el presidente de Vox, Santiago Abascal.
Según publicó Europa Press, Casado hizo una serie de afirmaciones que merece la pena analizar. 
Empezaré por las que más que me parecen más digno de apoyo. Casado dijo que el aborto no es
 un “derecho” y afirmó el “derecho a vivir del no nacido”, algo en lo que estoy plenamente de
 acuerdo. Matar a un ser humano inocente e indefenso no es ningún derecho, precisamente porque 
de nuestra condición se derivan una serie de derechos fundamentales, el primero de los cuales es 
el derecho a la vida. Casado también dijo que desde 1985 ha habido unos dos millones de 
abortos en España, que “han costado unos mil millones de euros”, y añadió: “¿Por qué no
 empleamos recursos para apoyar la maternidad?”
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Aunque creo que lo más importante en el drama del aborto es la pérdida de vidas, me parece bien 
recordar lo que apunta Casado: que el Estado ha estado invirtiendo enormes recursos en liquidar 
vidas mientras negaba a las madres embarazadas toda clase de ayudas económicas. El resultado 
es una grave crisis demográfica.
Vayamos ahora con las afirmaciones de Casado que menos me han gustado. El presidente del PP 
ha expresado su “compromiso” de volver a la Ley del Aborto de 1985. Afirmar este compromiso
 sin más precisiones es algo que me intranquiliza. Ya señalé aquí hace cinco años que esa ley fue un coladero debido al supuesto del riesgo psicológico para la madre, bajo el cual se cometieron el 
96,73% de los abortos perpetrados al amparo de la ley de 1985.
La ciencia demuestra que la vida humana empieza en la concepción y que abortar es matar a un ser humano. Es sobre esa base sobre la que se debe partir en el debate del aborto
Sería un gran paso que el PP se propusiese al menos lo que ha hecho Polonia: intentar restringir 
lo más posible los abortos, una política que -junto a las ayudas a la maternidad- ha hecho descender 
drásticamente el número de abortos en ese país: en 1981, bajo la dictadura comunista, llegaron a
sea uno de los países europeos más seguros para los hijos por nacer.

Casado dice que la ley de 1985 se aprobó “con el acuerdo de los dos grandes partidos”: no es verdad

Casado también ha dicho que la ley de 1985 contaba “con el acuerdo de los dos grandes partidos”. 
esa ley, que fue aprobada en 1983 con la mayoría absoluta del PSOE. Tras su aprobación, 54 
diputados de AP, encabezados por José María Ruiz-Gallardón (de AP), recurrieron la ley
 ante el Tribunal Constitucional. Su recurso invocó el Artículo 15 de la Constitución, que afirma:
 “Todos tienen derecho a la vida”. Ruiz-Gallardón fue claro en relación a la ley: No somos
partidarios de la despenalización del aborto en ningún supuesto”.
desprotección del no nacido. La nueva ley fue aprobada el 28 de mayo de 1985, y los diputados de

Abascal: “No se puede obviar que la ley de 1985 era un coladero”


Hoy Santiago Abascal ha comentado las declaraciones de Casado a través de su cuenta de 
Twitter: “No se puede obviar que la ley de 1985 era un coladero, a través del supuesto de 
“peligro para la salud psíquica de la madre”. En la práctica era el aborto libre y como método 
anticonceptivo. Hay que proteger siempre al débil; el niño en el vientre materno.
Una declaración que coincide con las afirmaciones que hicieron varios oradores del acto de Vox 
en Vistalegre el 7 de octubre en defensa del derecho a la vida desde la concepción. Y coincide
 también con lo que dice el documento de 100 medidas presentado por Vox ese día: “Defensa 
de la vida desde la concepción hasta la muerte natural“.

Basta de falacias izquierdistas: el aborto sí que es una imposición

El rechazo al aborto no implica imponer ninguna religión (de hecho Vox es un partido aconfesional).
 a un ser humano. Es sobre esa base sobre la que se debe partir en el debate del aborto. Decir que 
abortar no es matar, que la víctima del aborto no es un ser humano o que la vida empieza 
en la semana 14 o en el parto, es tan poco científico como decir que la Tierra es plana.
La izquierda ha conseguido que buena parte de la sociedad apoye, en esta cuestión, una serie de 
afirmaciones que sólo pueden calificarse como mágicas y falsas. Una sociedad civilizada no
 puede construir sus normas de convivencia sobre la mentira y sobre la violencia contra
los más débiles e indefensos, y esto es válido para cualquier país, para cualquier cultura y para
 cualquier civilización.
Decir que oponerse al aborto es querer imponer dogmas religiosos es otra de las mentiras que
 ha fomentado la izquierda durante décadas. Para oponerse al aborto no hay que ser religioso ni 
creer en Dios: basta con usar la razón. Lo que sí es una imposición ideológica es decir que las 
mentiras de la izquierda sobre el aborto prevalecen sobre el derecho a la vida. Dicho sea de
 paso, y como ha ocurrido tantas veces con la izquierda, esa imposición ideológica se está 
traduciendo en una matanza de dimensiones colosales. Ya va siendo hora de detener esa masacre.