viernes, 26 de julio de 2019

La hipersexualización de la infancia hace que la niñez termine cada vez antes


La hipersexualización de la infancia hace que la niñez 

termine cada vez antes

Ascen Corcuera (Naves en Llamas).– Recientemente, el Centro Jurídico Tomás Moro (CJTM) publicaba un informe pionero, novedoso y revolucionario en su contenido, en el que denunciaba el riesgo real existente de que se esté produciendo, ante el silencio dramático de instituciones, especialistas, padres y docentes, una hipersexualización de la infancia alentada “por por parte de los poderes públicos, de algunos medios de información y de las agencias de publicidad y medios audiovisuales”.

El Centro Jurídico Tomás Moro, que tiene como principales objetivos la defensa de la dignidad de la persona, de la familia y de los derechos humanos como reflejo del derecho natural, considera que el objetivo último de esta estrategia es “poner las bases para que en su edad adulta (los niños) se dejen llevar por una vida hedonista que les arrastre al consumismo desmedido y favorezca, por otra parte, su dirigismo interesado al privarles de una voluntad firme y decidida”.

Podemos definir la hipersexualización infantil como la tendencia a enfatizar entre los menores el valor sexual de la persona por encima de cualquier otra cualidad definitoria, así como el fomento entre los mismos de las relaciones sexuales tempranas. Para el CJTM, los padres tienen la obligación insustituible de salvar a los menores de la nefasta influencia de los planes educativos y de los medios de comunicación. “Ropa, juguetes, series de televisión, planes de estudios en los que la ideología de género gana terreno inoculan de forma sutil el erotismo prematuro en el mundo infantil, creando entre los menores importantes peligros para su salud física y mental, presente y futura. De hecho, la difusión entre los menores de la perspectiva de género está aumentando la probabilidad de abuso sexual y maltrato psicológico”.

Pero, ¿cuáles son, según el CJTM, los auténticos peligros de la hipersexualización de la infancia?

– La hipersexualización roba a los niños su infancia. Actualmente se forma a los menores en la pérdida del pudor y el establecimiento de relaciones sexuales tempranas. Se les transmite así una imagen banal de las relaciones sexuales, que dejan de ser relaciones afectivas enriquecedoras para ser sólo una sexualidad genital narcisista.

– Se fomenta entre los menores la incertidumbre sobre la identidad sexual, dando lugar a trastornos de la personalidad. En todas las comunidades autónomas se están aprobando leyes educativas con objeto de implantar en las aulas la ideología política de género. Tal ideología, contraria a toda evidencia científica y moral, transmite a los menores la confusión sobre su propio sexo al enseñarles que el sexo genital, biológico y genético debe someterse al psicológico. Es decir, que lo importante no es el sexo que se tenga, sino el que psicológicamente cada uno sienta. Lo más grave es que se presentan estas nuevas “alternativas sexuales” como las socialmente más respetables, y ello en plena adolescencia, cuando todavía es alta la indefinición sexual, y cuando el menor busca desmedidamente la notoriedad y el éxito social.

– Se trata de normalizar las relaciones homosexuales cuando son minoritarias estadísticamente. Precisamente la preponderancia de estos perfiles en la publicidad, en las series televisivas y en los programas educativos transmiten la falsa idea de que dichas relaciones son habituales y estadísticamente equiparables a las relaciones heterosexuales. No obstante, se ocultan los estudios que indican el aumento de los riesgos para la salud de tales prácticas: la mayor incidencia de depresiones, trastornos de ansiedad, consumo de alcohol, drogas y abuso de medicamentos, y de enfermedades de transmisión sexual.

– Se incentivan las relaciones sexuales precoces. Las relaciones sexuales precoces no sólo suponen un riesgo para la salud física de los más pequeños, sino que ante todo son un riesgo para su salud mental, al distorsionar los tiempos necesarios para la maduración personal.

Consecuencia de ello son los numerosos embarazos de adolescentes, a los que como única solución se les ofrece el aborto, ocultando sus “efectos secundarios”, tanto morales como físicos. Así, pocas mujeres conocen el aumento del riesgo de cáncer en razón a la realización de un aborto provocado.