jueves, 23 de abril de 2020

Día de la artificial e impuesta comunidad autónoma de Castilla y León.

23 de Abril de 2015 (Día de Villalar)

 Día de la artificial e impuesta comunidad autónoma de Castilla y León.

DIA DE VILLALAR

 Dicen que es día de fiesta,...
Día de Villalar,
No se escuchan las campanas,
Parece un día normal,
La gente viste ordinario,
No hay traje para estrenar,
No hay alegría en las calles
Más bien…mortecinas están.
Y… todo es porque…
El pueblo castellano 
No acepta como suya
la fiesta de Villalar.
Mientras Castilla esté encadenada
No hay nada que celebrar.
Libertad para Castilla,
Libertad, libertad, libertad.

José Castilla
Burgos (Castilla) 23 de Abril de 2015

La verdadera significación de Vilialar

La verdadera significación de Vilialar

Un año más y -aunque en esta ocasión con menos aplicación por hallarse preferentemente dedicados a sus afanes electorales los ofícienles de la supuesta región «Castellano-leonesa»- volvemos a presenciar la tergiversación del significado de la derrota de Vilialar.

Para Comunidad Castellana, el día de Vilialar lejos de ser un símbolo castellano lo es del gigantesco embrollo que envuelve y ahoga la personalidad de Castilla, por lo que una vez más necesitamos salir al paso de este confusionismo.

Villalar representa un episodio de la lucha de los españoles todos por la democracia y la libertad, un combate trágicamente perdido contra el cesarismo, una lucha en la que de uno y otro lado participaron todos los reinos de las Coronas unidas de León y Castilla; en suma, un hecho no específicamente castellano, que comienza legalmente en las Cortes de los Reinos de León y Castilla, celebradas en Santiago y La Coruña. Siglos hacía que la verdadera Castilla había dejado de ser un Estado independiente cuando aquella trágica derrota; y comuneros hubo no sólo en Castilla sino en el reino de León, en Toledo en Extremadura, en Andalucía, en Murcia, y en el País Vasco.

Villalar, pues, pertenece a todas las regiones y países de los antiguos reinos que se alzaron contra el cesarismo imperial. Rechazamos el propósito que por algunos se persigue de secuestrar el significado de Villalar y vincularlo a la afirmación de la supuesta región «castellano-leonesa», de un pretendido o inexistente «pueblo castellano-leonés» y de una autonomía de «Castilla-León», que no es auténtica, carece de contenido popular y no tiene otro valor que el de la simple configuración de una nueva división administrativa, centralista, arbitraria y falsa.

Contrariamente, y en base a la realidad de nuestros dos pueblos sostenemos que hay dos regiones diferenciadas, la leonesa y la castellana, cuya amalgama, impuesta con gravísimo error por la clase política, niega el derecho constitucional del pueblo leonés y del pueblo castellano al reconocimiento de sus propia y respectiva identidad.

Castilla nº 19 abril-mayo 1983

VILLALAR: GRANDEZA Y SERVIDUMBRE

VILLALAR: GRANDEZA Y SERVIDUMBRE

Ante la próxima conmemoración del aniversario de la derrota de Villalar, reiteramos los términos de la Declaración de Arévalo, suscrita el pasado ello por el Grupo Autonómico Leonés (GA L) y Comunidad Castellana.

Reafírmamos nuestra plena y profunda identificación con el alzamiento comunero, que forma parte indisoluble de la historia de nuestros pueblos en su lucha por las libertades, y proclamamos nuestra solidaridad con a conmemoración de la derrota de Villalar y con el perenne recuerdo de los líderes comuneras, Juan de Padílla, Juan Bravo y Francisco Maldonado, y demás víctimas sacrificadas por lta represión ímperial

Pero Villalar no puede reducirse a un exclusivo símbolo de los pueblos de León y de Castilla -ni de su actual regionalismo-, ni debe atribuirse sólo y particularmente a Castílla la gloria de la revolución comunera,- sino que pertenece a todas las regiones y países de los antiguos reinos que se alzaron contra el cesarismo imperial.

En especial, rechazamos el propósito que por algunos se persigue de secuestrar el significado de Villalar, en beneficio de intereses partidarios y centralistas, y de vincularlo a la afirmación de la supuesta región "castellano-leonesa", y de un pretendido e inexistente "pueblo castellano-leonés".
Contrariamente, y en base a la realidad de nuestros dos pueblos, sostenemos que hay dos regiones, la leonesa y la castellana, cuya amalgama implica la disolución de la identidad de ambas. Para esto no puede utilizarse el nombre de Villalar, y por ello instamos a los pueblos de León y de Castilla a reivindicar su verdadera significación.

A este respecto, parece oportuno recordar aquí lo que acaba de publicar en la prensa una personalidad tan ajena a nosotros como don Amando Represa, director del Archivo Histórico Nacional de Simancas:

"El símbolo Villalar -históricamente también- tiene un contenido mucho más amplio, porque cuando en 1520, 21 ó 22, se hablaba de "Castilla", no se estaba refiriéndose tan sólo a las actuales, decímonánicas y administratívas provincias de Castilla la Vieja, sino al "Reino - a "Corona " de Castilla, que -territorialmente- se extendía desde el Cantábrico a Gibraltar, y desde Galicia a Murcia. De lo que se sigue que el símbolo Víllalar -y esto no es ir contra nadie, sino al hílo, de la historia de las Instituciones- es, incluso, algo más que regional, porque su espacio geográfico de mayor virulencía se extendió desde el Tajo al Duero. Ya dije el año pasado, y por estas mismas fechas, que en la conmemoración villalarense tendría que estar presente, y hasta en puesto de honor, Toledo y su Reíno (uno de esos Integrantes de la Corona de Castílla), .por cuanto Toledo fue la raíz y el ocaso del movimiento comunero, incluso después de Villalar. Y en un examen de zonas comuneras, también tendrían que ser llamados a capítulo extremeños y andaluces, alaveses y guipuzcoanos, que asimismo se sumaron a la rebelión.

Castilla nº3 abril 1979

LA AUTÉNTICA DIMENSIÓN DE VILLALAR

LA AUTÉNTICA DIMENSIÓN DE VILLALAR

Con este título y firmado por Galileo, el semanario de información de la provincia de Guadalajara Flores y Abejas» ha publicado recientemente el artículo que por su evidente interés reproducimos a continuación:
Abril, fecha histórica para los castellanos, que rememora la derrota comunera en Villalar frente a las tropas imperiales de Carlos 1º de España y V de Alemania tampoco ha sido este año, un día de fiesta para la Castilla dividida por los nuevos políticos centralistas. El aprovechamiento de uno de los sucesos más tristes, honrosos y dignos de recordación para el pueblo castellano, convirtiéndose en el día de ese híbrido llamado Castilla-León, no puede ser mirado sino con recelo y amargura desde este doble hibrído bautizado Castilla-La Mancha en una reunión de parlamentarios de la época que no quiero acordarme. Sin consultar al pueblo que representan, sin ampararse, siquiera, en estudios politicos-económicos de peso que asegurasen la ventaja en la unión de las cinco provincias, que nunca, por otra parte, debieran ahogar lo que la historia consolidó con su irreversible pasar, se consumó la división de la antigua Castilla comunera, unida hasta la época de Carlos V, cuando el rey germano centralizó el Estado y acabó con su tradicional forma de administración política que hacía de Castilla una de las primeras democracias económicas y políticas de Europa; una administración, mediante comunidades de ciudad y tierra que contaron con fueros, concejos municipales y territoriales abiertos, propiedades comunales, que no se extienden ni al occidente del Pisuerga, por la llanura leonesa de Tierra de Campos, ni al sur de Toledo, por la Mancha.

¿Qué oscuros intereses han intervenido en separar nuevamente a este pueblo? ¿Quién, de buena voluntad, pensó que se puede crear una auténtica conciencia solidaria en una región creada en pleno 1978? El argumento de que antes existía una Castilla la Nueva carece de toda base. Históricamente el término Castilla la Nueva fue utilizado para designar el antiguo reino de Toledo -tierras de Toledo y la Mancha- y distinguirlo del verdaderamente castellano, formado por las tierras de Santander, Burgos, Logroño, Soria, Segovia, Avila, Madrid, Guadalajara y Cuenca. Desde un punto de vista práctico, la política regional desapareció con la centralización del Estado, y sólo permaneció palpitante en el sentimiento, en los pueblos con más desarrollo cultural y económico, debido, en buena parte, al carácter nacionalista de su burguesía, como es el caso de catalanes y vascos.

¿No había sido más lógico, pues, el reconocimiento de un ente autonómico castellano original, dejando la puerta abierta a la incorporación futura de leoneses y manchegos, si el pueblo de estas regiones así lo decidiese libremente? ¿Es que alguien teme a una Castilla unida en el Parlamento por el elevado número de representantes con que contaríamos, y que, sin lugar a dudas, sin olvidarse de la solidaridad con el resto de los pueblos de España, harían oir fuerte la voz de una tierra callada y extremadamente generosa, pero que quiere recuperar el protagonismo y la conciencia perdida por años de centralismo?.

¿Sería acaso descabellado el proyecto de marchar hacia la continuación de un grupo parlamentario castellano, de la misma forma que vascos, catalanes y andaluces, e, incluso el propio PSOE, partido de carácter estatal, pero que está luchando por la inscripción de grupos parlamentarios socialistas de Euzkadi y Cataluña, con autonomía del grupo Socialistas del Congreso?.

La conmemoración de Villalar, en este 1979, ha sido, por estas razones, la pérdida de una nueva batalla de los castellanos: la de su unidad. Como diría el poeta cantor de los campos de Castilla, Antonio Machado, el pueblo que desconoce su historia comete la torpeza de incurrir en su repetición trágica.

GALILEO
Castilla nº 4 julio 1979

Confusiones en torno a Villalar


Confusiones en torno a Villalar

La revolución comunera

Anselmo Carretero Jiménez

Cuadernos para el Diálogo, 22 abril 1978


https://www.dropbox.com/s/je7t4v67a6lypmr/La%20revoluci%C3%B3n%20comunera.%20En%20torno%20a%20Villalar%20AACJ-930-01.pdf?dl=0

Villalar, otro falso mito asumido por la España contemporánea

Villalar, otro falso mito asumido por la España contemporánea

El día veintitrés de abril, Festividad de San Jorge, la Comunidad Autónoma de Castilla y León celebra su jornada festiva desde que en el año 1986 así lo decretara Demetrio Madrid, en aquel momento presidente socialista de la Junta de Castilla y León. Desde entonces, y a pesar de la costosa propaganda invertida en favor de la celebración de la llamada “Festividad de Villalar”, esta se mantiene ajena a la mayoría de la población castellano y leonesa, que por diversos motivos, no termina de sentirse parte de tal conmemoración histórica y festiva.

La principal razón de ello hay que buscarla en la manipulación histórica de lo ocurrido en la Corona de Castilla a principios del siglo XVI -durante los primeros años del reinado de Carlos I-, y que vino a llamarse “La Guerra de las Comunidades de Castilla”. Este conflicto bélico que tuvo como origen el incumplimiento por parte del Rey de las leyes y costumbres tradicionales de Castilla, y que finalmente tras un cruento conflicto bélico sirvió para que ese mismo Rey modificase buena parte de las injustas medidas políticas –que impulsadas por sus cortesanos flamencos- había tomado contra Castilla; ha sido manipulado desde el siglo XIX –al igual que ocurre por ejemplo en Cataluña, Vascongadas o Andalucía con su propia mitología nacionalista- por masones, liberales y marxistas; hasta convertir el notable hecho histórico en una mitificada falacia de desagradable tufo revolucionario. No olvidemos, que fueron algunas sociedades secretas masónicas, tales como “Los hijos de Padilla” y “Los Comuneros”, quienes en el siglo XIX crearon en Castilla la mitología adecuada para bien de sus oscuros fines, utilizando así la derrota comunera de Villalar frente a las tropas realistas; llegando incluso a imponer al pueblo el pendón morado, en detrimento de la gloriosa enseña carmesí castellana. Posteriormente, y ya en la primera mitad del siglo XX, los liberales mantuvieron el mito masónico, llegando incluso a utilizar el falso color morado como parte de la enseña nacional durante la Segunda República. Y finalmente, a partir de los años setenta del pasado siglo fueron comunistas, socialistas y nacionalistas castellanos quienes volvieron a recuperar la masónica mitología comunera, haciendo de la localidad de  Villalar de los Comuneros un lugar emblemático desde el que lanzar sus peligrosas proclamas marxistas y separatistas; manteniéndose así la ignominia hasta nuestros días. Lo verdaderamente preocupante, es que esta enorme manipulación histórica haya sido asumida por todos los partidos políticos con representación en las actuales Cortes de Castilla y León, llegando incluso a crear con nuestros impuestos un relato oficial basado en las anteriormente comentadas falsedades históricas, para así contentar a todos aquellos que asientan sus peligrosas ideologías en falsos mitos y burdas manipulaciones, totalmente alejados de la verdadera y gloriosa historia de la Corona de Castilla, así como de los reinos de León y de Castilla.

Es sin duda preciso recordar lo que de justo y noble tuvieron en su momento los actos de los Comuneros comandados por Padilla, Bravo y Maldonado; pero aún más importante debiera ser recordar que la Corona de Castilla nació con Fernando III el Santo, y que esta llegó hasta los confines del mundo, convirtiéndose en el mayor Imperio Católico que haya existido jamás. Y puestos a recordar, nos es obligado hacer saber que los patrones históricos de Castilla son San Millán de la Cogolla y Nuestra Señora de Guadalupe, siendo sus festividades las verdaderas y tradicionales que se han celebrado en nuestra tierra a lo largo de los siglos por nuestros antepasados.

En definitiva, y como venimos diciendo desde hace años, el 23 de abril debiera de ser para los castellanos y leoneses un día en que poder reflexionar sobre las razones por la cuales hemos ido perdiendo nuestros territorios, derechos, cultura y tradiciones a lo largo de los últimos siglos, y especialmente desde la descomposición territorial de hace cuarenta años -¿acaso hay alguien en el mundo que pueda afirmar sin llegar al ridículo que Santander y La Rioja no son Castilla?-; y comenzar a reclamar la restauración en España de su organización territorial histórica basada en las coronas, reinos, principados y señoríos naturales (y verdaderamente históricos) de nuestra Patria; en sustitución de estas modernas taifas creadas por enemigos de España con mitología nociva, que se han dado en llamar comunidades autónomas, y que son ahora mismo el principal problema no solo para el mantenimiento de nuestras libertades y tradiciones; si no incluso para la propia existencia de la Nación Española.  

Luis Carlón Sjovall
A.C.T. Fernando III el Santo