Lo cierto es que seguimos sin conocer, es secreto de Estado, los componente de las vacunas contra el Coronavirus: patente comercial, sólo las agencias del medicamento -organismos públicos-, pueden conocerlo.

Volvemos a la gran estafa anti-negacionismo. Los negacionistas no existen porque nadie es tan idiota de negar que anda corriendo por ahi un virus que está matando a millones de personas. Los negacionistas son aquellos que discrepan de las medidas restrictivas de libertad y arruinadoras que han puesto en marcha algunos gobiernos contra el Covid. 

Por las mismas, los negacionistas de las vacunas no se oponen a que les administren las vacunas. Desean algo tan simple como que se les informe de los componentes de la vacuna, sus efectos sobre su salud y cómo han sido fabricados. Por ejemplo, ¿algunas multinacionales han empleado niños abortados -o líneas celulares procedentes de abortos- en su elaboración? 

Porque claro, pedirme que deje que inoculen en mi cuerpo cuando no sé lo que me están inoculando y que encima -por ejemplo el pepero señor Nuñez Feijóo me amenace con 60.000 euros de multa si me niego-, me parece un pelín exagerado. No me niego a que inoculen la vacuna, me niego a que utilicen mi cuerpo como cobaya de laboratorio, si no de algo peor, con la excusa del virus. Me niego a que no me informen. No es ninguna postura suicida ni insolidaria: es sentido común.

Como siempre, la meme de Internet ha dado en el clavo.

Vacuna meme