Imagen referencial de asuntos sanitarios /Pixabay
Imagen referencial de asuntos sanitarios /Pixabay
STOPEUTANASIA somos todos los que queramos ser. Somos todos los que apostamos por el valor de 
la vida hasta su fin natural. Somos los que creemos que nuestros mayores y enfermos merecen toda la
 atención y toda la inversión que una sociedad sea capaz de realizar en los mejores cuidados y atenciones
 al final de su vida”, así se presenta la nueva plataforma social “StopEutanasia”, cuyo objetivo principal
 es defender la vida de todas las personas.
Imagen de la plataforma Stop Eutanasia
Imagen de la plataforma Stop Eutanasia
La organización nace “del convencimiento y el impulso” de una Asociación, Cristianos en Democracia
y un Partido político, Partido Contigo Más, que “mas allá de convicciones, credos o programas”, han
 creído necesario “poner en marcha un movimiento social y cívico para permitir a la sociedad expresarse
 y hacer llegar de forma clara, inequívoca y concreta a nuestro gobierno y nuestros políticos para que
 sepan que nuestra sociedad no está dispuesta a dejarse convencer ni engañar, porque no existe un
 derecho a la muerte, existe un derecho a la vida”.

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1.Toda vida humana es vida personal, y, por ello, posee una dignidad y un valor intrínsecos, que 
la hacen indisponible, en toda situación y condición.
“Dejar morir, cuando ya no se puede curar, no es lo mismo que matar a un ser humano sufriente”
2. La autonomía personal, limitada en situaciones de enfermedad o grave dependencia no implica el 
derecho al suicidio o el derecho a solicitar el acto eutanásico, que es un homicidio, conductas todas 
ellas contrarias a la ética, a la deontología sanitaria y al ordenamiento jurídico, que nunca deberán
 ser autorizadas legalmente.
3. Existe el derecho a la vida, pero no el derecho a la muerte. El Derecho debe promover una
 humanización del proceso de muerte, rechazando igualmente cualquier forma de obstinación terapéutica
 y de eutanasia, ofreciendo universalmente los cuidados paliativos como atención integral, física,
 psicológica y espiritual de la persona, en el final de la vida.
4. Dejar morir, cuando ya no se puede curar, no es lo mismo que matar a un ser humano sufriente, 
aunque sea con la intención de erradicar su dolor y sufrimiento. Lo primero es un acto lícito, ético.
 Lo segundo, el acto eutanásico es gravemente inmoral y nunca debería ser autorizado legalmente. 
Por ello, como ciudadanos de pleno derecho, solicitamos que la Proposición de Ley Orgánica de 
Regulación de la Eutanasia sea rechazada por el parlamento Español.
5. Debe respetarse la vida, como un derecho natural, fundamental, y debe respetarse la muerte, 
como un proceso de la vida que toda persona tiene el derecho a recibir conscientemente, limitando 
el dolor y el sufrimiento. Por ello, como ciudadanos de pleno derecho, exigimos a las autoridades
 que cumplan con sus obligaciones morales y cívicas y promuevan las normas que sean necesarias
 para el máximo desarrollo de los cuidados paliativos de la mano de profesionales cualificados, 
invirtiendo los recursos económicos que sean necesarios para ello.