La filtración de los archivos de Twitter muestra cómo se manipuló el debate público en torno al COVID, por Alvise Pérez:
1. Censuraron hechos ciertos porque perjudicaba el relato de los Estados y la OMS.
2. Se desacreditó y censuró a doctores y expertos que estaban en desacuerdo con políticas como las de confinamientos masivos o uso de mascarillas.
3. Se generaron listas negras secretas de Twitter; la empresa funcionó como una subsidiaria del Estado y reescribieron las reglas de la plataforma para adaptarse a sus propios objetivos políticos. El argumento era que la libre expresión crítica con ciertas medidas sobre el COVID “mataban gente”.
4. Google, Facebook, Instagram y Microsoft también habrían formado parte de las reuniones sobre censura.
5. Un resumen de diciembre de 2022 de las reuniones con la Casa Blanca realizado por Lauren Culbertson, directora de Políticas Públicas de EE. UU. de Twitter, demuestra la campaña de presión de la Casa Blanca en EEUU y recoge cómo se intentó influir directa y constantemente en la plataforma (con éxito) al igual que ocurrió en España con Pedro Sánchez.
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Casi 4 años y 44.000 millones de dólares después se demuestra que no éramos unos locos conspiranoicos, y que teníamos y tenemos razón.
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